BIENVENIDOS AL GHETTO

Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.


domingo, 9 de febrero de 2014

"HABÍA UNA VEZ"



Aquellos cuentos que nos leían y luego al crecer leíamos o veíamos en películas, en su mayoría de origen estadounidense, arrancaban con esa frase "había una vez". Las historias eran siempre igual, arrancaban bien, tenían algún problema en el medio y terminaban de la forma ideal, la soñada, la que unía a los dos personajes principales, los buenos enamorados y juntos y este cuento se ha acabado.
Ahora bien, en la vida generalmente no es así. En la vida los amores no siempre terminan bien, no hay un final feliz ni un "colorin colorado". En la vida hay dolor, hay desamor, hay engaños y hay muchos corazones rotos.
Y esta historia llamada "Había una vez" pinta, como nos tiene acostumbrado el Indio, una historia real de principio hasta el triste fin. Cuando una relación comienza y todo va bien, el estado de animo es bueno y todo lo que nos rodea parece estar bien, no vemos los problemas, hasta las noticias (Heraldo) parecen ser buenas o, puede ser que en realidad omitamos las malas.
 Pero una relación nunca es perfecta, siempre tiene sus altibajos, sus problemas. Es muy difícil entenderse a la perfección, no siempre nos gusta lo mismo y discrepar se comienza a hacer costumbre.
Con el tiempo, y esto es algo que habrán escuchado miles de veces, ciertas características de los hombres que antes le gustaban a la mujeres, comienzan a disgustarle y tratan de cambiarlas (te aburre mi voz..), si no escuchamos esos reclamos posiblemente llegue el adiós, el fin de todo.
En este caso, parece ser el hombre el que esta perdidamente enamorado y trata de cambiar, se ofrece a cambiar para tratar de calmar la tormenta (vengo cínico, fóbico, crudo, hervido y asado por vos.. va a despejar, mi amor) y, a pesar de eso parece que la suerte está echada, el destino marcado y la relación con fecha de vencimiento.
Ella pone fin. Ella es la primera en dar señales de que esta relación no tiene futuro. Pero, como en toda relación, trata de suavizar el final, trata de que no sea tan dolorosa esa ruptura, dolorosa para uno que estaba dispuesto a seguir y, al ver que no es el deseo de ambos, se le cruzan millones de razones por la cabeza, razones que escupe reclamando y sin pensar a la mujer que esta abandonándolo. Lo mas común es pensar que el abandono es por estar amando a otra persona, por estar siendo engañado y prueba de esto es utilizar las  clásicas frases y decir sin pensar: "si estábamos bien" o "estas con otro" (hay tantas partes tan lindas sin tu traición).
Y en ese momento comienza la soledad, el dolor, el andar noctambulando por los bares tratando de apagar el dolor con alcohol y vicios. Buscando consuelo en otros brazos y en otras copas tratando de borrar los rastros del dolor que nos marcó haber perdido este amor que idealizábamos.
Los recuerdos nos invaden y obviamente son mejor que la realidad. Siempre se nos vienen a la cabeza esas memorias que implicaban amor, noches de pasión y buenos momentos. Los momentos en que el amor era razón de festejo y no de duelo por ver que se moría.
Siempre tenemos un último y tonto intento. Pensamos que vamos a revolucionar todo y cambiar esa decisión que tanto nos duele. Creemos que con una canción de amor, un poema o un ramo de rosas modificaremos todo lo malo que hicimos antes o que no hicimos y volverá a resurgir el amor de nuestra dama.
Ya está, el fin llegó. Nos guardamos los buenos recuerdos y los malos quedan abandonados en el inconsciente. Tratamos de poner buena cara, no mostrar que estamos perdidos y dolidos. Pondremos una careta que muestre alegría por seguir y no el dolor que dejo tu desdén.
La relación terminó. Ya no volves a verla, el tiempo cura el dolor y todo vuelve a ser normal. Nadie muere por perder un amor. Todo sigue igual, la vida continua, la rutina es igual, nada nos cambia, solo es cuestión de tiempo para poder olvidar todo, conocer alguien nuevo y ni siquiera recordar su nombre.
Definitivamente, ese alguien que creíamos imborrable de nuestra memoria, con el paso del tiempo lo olvidamos, borramos el dolor y volvemos a ser los mismos de antes. Y colorin, colorado, EL MUNDO SIGUE GIRANDO, AÚN SIN TU AMOR...

Texto: Ricoteros De Alma.